Estos días he puesto mi atención en la encina, árbol que admiro y respeto. Me ha preocupado saber que está sufriendo una difícil etapa de supervivencia, "la seca" es una enfermedad que acaba cada año con miles de este magnífico y generoso árbol que forma parte del paisaje extremeño y andaluz, ofreciendo su leña, sus frutos y su sombra al hombre y al ganado. Hasta ahora ha exigido poco pero esperemos que los técnicos y administraciones extremen sus cuidados y sigamos disfrutando de las magníficas dehesas y encinares.
